En esta ocasión no voy a hablar de la prostitución que se da en las fiestas y concentraciones de los equipos, temas que ya son conocidos, y que no tienen tanto que ver con el tema cancha.
En la actualidad es muy normal que un jugador pase de un equipo a otro como si nada, porque se ha perdido el amor por una camiseta, por unos colores, por una afición. El dinero compra todo, incluso la pasión.
Figo pasó del Barcelona al Real Madrid, decía que sentía los colores blaugranas, claro hasta que le pusieron 61 millones de euros en la mesa. Sintió los del Real Madrid, la gente lo aceptó y no se que me parece más penoso e irrisorio. Que se haya vendido o que lo hayan aceptado. Lo cierto es que la gente del Barcelona jamás lo perdonó, Luis Figo desea vivir en Barcelona una vez retirado pero tiene miedo por obvias razones, el dinero no pudo comprar su perdón.
Esto lo traigo a tema por la reciente contratación de Cristiano Ronaldo al Real Madrid, él aseguraba que se quería quedar en el Manchester y Ferguson decía que no iba a salir, (hasta la mamá de Cristiano decía! de verdad búsquenlo!) los dos mintieron, y ¿quién no vendería su palabra por 94 millones de euros?
Muchos de mis amigos y de la gente lo ven normal, pero a mi no me parece normal, el dinero aún no sobrepasa mis valores ni mis creencias. Yo critico el hecho de que un jugador diga algo y al poco tiempo haga lo contrario no tanto que se fichen a los jugadores por altas cantidades de dinero, eso es parte del show, del mercado, pero que diga que ama y se siente comprometido con unos colores y a la siguiente temporada este con los otros. Eso lo repruebo.
Venden su palabra, se prostituyen; como no recordar al símbolo chiva Ramón Ramirez pasando a las filas del América. Se prostituyó y pagó el precio de que su carrera vino a menos y terminó.
También Luis García se vendió al equipo odiado y hasta la fecha eso le provoca incomodidad, ríe nerviosamente y cambia el tema.
El dinero ha invadido ya todos los sectores y todos los resquicios de nuestra vida, el juego más hermoso y más popular del mundo ya no es un juego, es una industria, un circo donde se lucra con la pasión de las personas, se compran piernas de 12 años o menos, se revende, se corrompe y se ha perdido la verdadera esencia, a pesar de eso todavía es emocionante ver a 22 jugadores disputando un partido, en un llanero o en la champions league, la belleza del futbol, los sueños que trae y la emociones, el amor que le tenemos ese jamás lo podrán comprar.
3 comentarios:
Hola bueno el blog, recuerdo que Ramo Ramirez fue un caso que pudo cambiar la historia, el no deseaba jugar en el America pero la promotora lo vendio y el tuvo que jugar, se noto su cambio de juego y de vida.
Luis Garcia es buen analista pero mas vendido no se puede , Pumas , chivas y America y todavia tenia el descaro de besar la camiseta.
Saludos
De acuerdo con el comment anterior... Ramón no se vendió, fué obligado de manera vil a vestir la playera del América, aún cuando él siempre expreso su desacuerdo en ello. Desafortunadamente este es uno de los mejores ejemplos de lo que viven los futbolistas profesionales, esclavos en jaulas de oro de los dueños de los equipos, quienes comercian con ellos como lo hacen los tratantes de blancas...
tratantes de blancas....otro caso "san oswaldo"...ronaldo...nada importa mas q el dinero
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